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La tradición

Colgar el lacito en la puerta es una tradición que nació en Italia hace mucho, mucho tiempo.

Se cuenta que los primeros lacitos fueron colgados en las puertas de aquellas casas donde nacían bebés varones; en el pasado los chicos eran considerados los descendientes predilectos de las familias porque sobre ellos recaía la responsabilidad de llevar adelante los negocios familiares.

Afortunadamente con el paso del tempo y el desarrollo cultural, el nacimiento tanto de un niño como de una niña se ha  convertido en un acontecimiento de gran celebración por parte de las familias, las cuales ya no hacen distinción entre chico y chica.

Por este motivo, en Italia, desde hace más de un siglo uno de los regalos que no pueden faltar el día del nacimiento, de un niño o de una niña, es el lacito que tiene la función de:

• Informar a todo el mundo, que lo vea, sobre el nacimiento y nombre del bebé;
• Desear buena suerte al recién nacido;
• Ser un recuerdo para el bebé, que podrá conservar toda la vida.